Propongo desde aquí compartir fragmentos de mi investigación en curso. Investigación cuyo eje central es mi práctica. Práctica que data desde el 2002. Desde entonces, sostengo un constante quehacer de observaciones, escucha de indicios, estudio, marcha y contramarcha de hipótesis.

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Traducir la compleja, infinita y sensible trama entre voz, cuerpo y sujeto tiene su delicadeza. Nombrar supone para mí un riesgo, una posible pérdida de sustancia vívida.  Aun así, apuesto a una instancia de escritura en movimiento, capaz de reflejar la cualidad medular de una experiencia imposible de asir plenamente y colmada de sutilezas.

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¿Cómo hacer letra de una experiencia sin traicionar su pulso? Diría que encontré en dos prácticas en simultáneo el terreno para acercarme a sustancias que me inquietan y convocan desde siempre. La clínica psicoanalítica por un lado, la investigación de la voz y el cuerpo vía la docencia y lo escénico, por otro. Si bien son y fueron espacios diferenciados, plasmaron encuentro, articulación y coherencia en mi mirada desde el inicio. Mis preguntas dialogan, circulan y se debaten entre campos que entiendo en relación: la salud, lo creativo, lo escénico. El cuerpo a través de sus múltiples “portales”, y la voz a través de su sonoridad, tanto hablada como cantada, develan material de difícil acceso al universo de la forma, son tierra fértil para el advenimiento del acontecimiento. A su vez, la palabra opera en la escritura de dichas experiencias restando obstáculos ficcionales y potenciando lo propio de cada quien. Voz, cuerpo y palabra como acceso y manifestación del unx.